martes, 23 de febrero de 2016

Más de mil

Más de mil de miles de argentinos
y de habitantes de este querido territorio llamado país
respetan las juegas del reglo y llegan temprano,
tempranísimo a marcar tarjeta en el trabajo,
por años y años no han faltado a su tarea
y no se han quedado con ningún vuelto
y pueden dormir muy tranquilos
sabiendo que no serán más o menos rico por ello
lo hacen por convicción y con alegría.
Más de mil de miles de argentinos
estudian y hacen esfuerzo más allá de sus fuerzas
para alcanzar un título que les valide alguna aptitud,
que puedan llegar a la meta a través de una  carrera
sin necesidad de copiar ni hacer trampa
y también construyen sueños hermosos
aunque sus notas no sean siempre sobresalientes.
Hay más de mil de miles de argentinos muy pero muy pobres
y muy ricos en sueños y en tiempo
y poseen la dignidad de grandes valores
como respeto, equilibrio y humanidad.
Saborean el valor de construir lo propio
sin tener que robar ni vampirizar a nadie
sabiendo que se puede afrontar una vida difícil y dura
sin renunciar uno a recibirse de persona y de humano
porque también gozan, ríen y sueñan
con cero plata en sus bolsillos
y con el corazón y la mente empapada del cariño de los suyos.
Muchos miles de miles de argentinos y de habitantes de este territorio llamado nación
tienen tiempo libre sin necesidad de nublar la mente con nada artificial
y son buenos creadores de fantasías e ilusiones
que combinan magistralmente con el dolor y los desafíos diarios,
con la enfermedad y la ausencia,
con la indiferencia y la ignorancia.
Hay mil de miles en este país querido
que no saben otra cosa que cumplir las señales de tránsito,
darle paso al peatón que no es de chapa
y gusta de cumplir con todo tipo de señales
emocionales, intelectuales y mágicas,
son personas atentas
que se la pasan siendo sensibles a pequeños actos de inteligencia
comparando una cosa con otra llegando más o menos a una conclusión.
Hay miles y miles de sensibles hombres y mujeres en argentina
que trabajan y construyen desde su baldosa un mundo mejor,
creen en mirarse a los ojos
creen en el perdón
en empezar de nuevo
en aceptar al otro en su esencia genuina
y que puede dejar, al menos por un rato, de mirarse el ombligo.
Hay mil de miles de argentinos
que no son ni rojos ni azules
pero les sale el sol igual
y le salen mañanas con madreselva y colectivos
y se enorgullecen de hablar en español, de ser argentinos,
de haber nacido acá y tener estas costumbres,
este lenguaje, esta forma de pensar, esta mirada de la vida,
esta búsqueda de cierta evolución interior y exterior.
Hay mil de miles de argentinos y habitantes de esta tierra llamada argentina
que tiene pensamiento propio, opinión,
información y formación
sin distinción de color y textura
quieren seguir viviendo con esta naturaleza,
con estos animales
con este medio aire limpio
medio sucio,
con todas las contradicciones y contraindicaciones
pretenden forjar un país,
pero no solamente uno de bandera celesteyblanca
sino un retazo de tierra que nace en el alma,
se distribuye en los niños,
y va creciendo en la palabra,
con amor
con algo parecido a la esperanza,
que sin espera, más, con entusiasmo
se hace confianza para vivir sin miedo
creyendo que es mejor pensar
que el vecino es mi hermano y mi mamá y mi papá
no mi enemigo,
somos del mismo lugar,
de la misma teta,
se me ocurre que es mejor pensar así
que todo lo contrario.
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Marcelo Meza – 21 de marzo de 2014
Ciudad Jardín, Bs. As., Argentina.

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